POR DAGOBERTO RODRÍGUEZ
La elección del nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas supondrá para el presidente Porfirio Lobo Sosa una prueba de su liderazgo y autoridad como comandante general del instituto armado, pero fundamentalmente implicará un examen a su política de reconciliación nacional y la ratificación del principio de obediencia castrense al mando civil.
La escogencia del nuevo jefe militar, que deberá darse en el mes de diciembre, reviste especial relevancia en un momento histórico en el que Honduras intenta sanar heridas y dejar atrás el fantasma del “golpe de Estado”, para unos o “Sucesión Constitucional”, para otros, que dio lugar al derrocamiento del ex presidente, Manuel Zelaya Rosales.
En diciembre de este año, el presidente Lobo, en su condición de comandante general, deberá escoger, de entre los actuales seis miembros de la Junta de Comandantes, al sucesor del general Carlos Antonio Cuellar Castillo, quien entrega la jefatura castrense al terminar su ciclo profesional de 35 años dentro de la institución militar.
De acuerdo a la Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas, corresponde al presidente de la República nombrar al nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de entre los miembros de la cúpula militar y a propuesta del jefe del Estado Mayor Conjunto (EMC).
Antes de la reforma constitucional, que suprimió la figura del temido y todopoderoso Consejo Superior de las Fuerzas Armadas (Cosuffaa) y que devolvió el mando de la institución militar al poder civil, la responsabilidad de escoger al máximo jefe castrense recaía en los miembros del Congreso Nacional.
Por otro lado, el relevo generacional, muy presente y arraigado dentro del entramado y la idiosincrasia militar, indica que la promoción 16, de la cual forma parte el general Cuellar Castillo, así como su antecesor Romeo Vásquez Velásquez, deberá empezar a ceder posiciones a la promoción de oficiales número 17, que actualmente ya ocupan cargos de relevancia.
Hay que recordar que las Fuerzas Armadas tienen en sus filas a 18 generales activos, de los que siete son de la promoción 16, la mayoría de los cuales entran en condición de retiro a partir de diciembre y nueve de la promoción 17, más dos altos oficiales que están en medio de las promociones 17 y 18.
Las FFAA tienen unas 30 unidades, entre brigadas, batallones, escuelas técnicas, hospitales, una universidad, a los que suman otras entidades como el Instituto de Previsión Militar (IPM), La Armería, una financiera, una empresa de servicios fúnebres y el Comisariato, entre otras.
“Un Jefe de transición”
El general Carlos Alberto Cuellar Castillo fue nombrado por el presidente Lobo en la jefatura del Estado Mayor Conjunto de las FFAA, en marzo del presente año, en sustitución del también general de división Romeo Vásquez Velásquez, quien fue figura clave en los hechos del 28 de junio de 2009, cuando se expulsó del poder al ex mandatario liberal Manuel Zelaya Rosales.
Tras asumir la Presidencia, Lobo Sosa nombró, por un periodo de un año, al general Cuellar Castillo como parte de las presiones internacionales, especialmente de Estados Unidos y de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La imposición internacional exigía que al frente del Ejército hondureño debía designarse a un oficial de bajo perfil y que no hubiera tenido participación directa en los hechos del 28 de junio del año pasado que antecedieron a la salida del ex presidente Zelaya del poder.
De modo que Cuellar Castillo era el más indicado para el puesto, además, era visto en ese momento como un “comandante de transición” en vista que en diciembre de este año cumple 35 años de servicio dentro de la institución militar y pasa a la honorable condición de retiro.
Lo anterior significa que el Presidente Lobo se ve en la obligación de designar a un nuevo comandante militar, a menos que pretenda prorrogar el mandato de Cuellar, lo que iría en contra de la Ley Constitutiva de las FFAA y podría generar una rebelión de barracas y alteraría la tranquilidad en los batallones.
Según analistas, el titular del Ejecutivo no estaría dispuesto a correr con ese riesgo en un momento de fragilidad política muy delicada para el país, por lo que la opción más segura es escoger de entre los generales que actualmente integran la Junta de Comandantes y así garantizar una transición ordenada y sin alteraciones bruscas.
De ser así y si se respeta el escalafón militar, las fuentes consultadas coincidieron en señalar que las condiciones están dadas para que la promoción 17, asuma el mando de las Fuerzas militares hondureñas, mientras los oficiales de la 16 pasan a la condición de retiro y se renueva la nueva generación de oficiales.
Pepe Lobo, según las fuentes militares, aspira a nombrar un comandante definitivo y no temporal que lo acompañe durante los últimos tres años de gestión, de forma que deberá inclinarse por un oficial relativamente joven, con don de mando, respetado, con carisma dentro de la institución militar y sobre todo que no haya participado directamente en la salida de Zelaya del poder.
Con lo anterior garantizará la tranquilidad de la comunidad internacional, especialmente de la OEA, que ha venido exigiendo más “gestos” del “Gobierno del Humanismo Cristiano” para dar su visto bueno a un eventual retorno de Honduras al seno de la organización hemisférica.
Los elegibles
La Junta de Comandantes actualmente la integran: el jefe del EMC, general Carlos Antonio Cuellar (promoción 16); el subjefe del EMC, general Gerardo Fuentes González (promoción 16); el comandante general del Ejército, General de Brigada, Carlos Alberto Espinoza Urquía (Promoción 17); el Inspector General de las FFAA, general de aviación Luis Javier Prince, (promoción 17); el comandante de la Base Naval, contra almirante Juan Pablo Rodríguez (Promoción 17) y el coronel Marco Vitelio Castillo, comandante de la Fuerza Aérea Hondureña y miembro de la promoción 17.
Bajo esa estructura, la Junta de Comandantes está compuesta por dos oficiales de la décimo sexta promoción que ya están por retirarse y cuatro de la décimo séptima promoción de egresados de la Academia Militar, de modo que estos últimos son elegibles para asumir el mando en enero próximo, sino hay un cambio de última hora.
Fuentes consultadas por este medio, indicaron que el presidente deberá decantarse por cualquiera de los oficiales que componen la décimo séptima promoción, pero existe el inconveniente que dos de ellos fueron parte de la anterior Junta de Comandantes y piezas claves en los hechos del 28 de junio.
Hablamos en estos casos del Inspector General de las FFAA, el general de aviación Luis Javier Prince y el comandante de la Base Naval, contralmirante Juan Pablo Rodríguez, quienes, Junto al general retirado Romeo Vásquez Velásquez, encabezaron la cúpula militar que ejecutó la orden de captura contra Zelaya Rosales.
Prince es un fuerte candidato, según nuestras fuentes castrenses, ya que es miembro de la promoción 17, pero podría quedar descalificado por ser integrante de la anterior Junta de Comandantes vigente en Junio 28 de 2009. Por otro lado, a partir de enero de 2011, a este oficial solo le queda un año y medio de servicio.
De ese grupo de cuatro comandantes elegibles queda el actual jefe de la Fuerza Aérea, coronel Marco Vitelio Castillo, quien aunque no fue participe directo de los hechos del 28 de junio, tiene la desventaja de no contar con el rango de general ni con la debida experiencia en el mando y en otras funciones administrativas, exigidas por la ley.
Un último de los elegibles es el actual comandante general del Ejército, general de brigada Carlos Alberto Espinoza Urquía, quien en la actualidad comanda el 70 u 80 por ciento de la tropa de tierra, es decir, más de la mitad de la totalidad de los miembros de las Fuerzas Armadas.
Es importante mencionar que el brazo fuerte de las FF AA es el Ejército y es esta rama la que alberga las más importantes brigadas y batallones militares del país, donde también se anuncian los cambios y rotaciones.
Los análisis coinciden que Espinoza Urquía es uno de los más fuertes candidatos para ocupar la jefatura del Estado Mayor Conjunto, no sólo por el hecho de comandar la Fuerza Ejército, sino porque goza de popularidad y respeto entre sus subordinados y la alta oficialidad y por el hecho que también no fue protagonista ni una cara visible durante el “golpe de Estado”.
Además le avala el hecho que ha ejercido la mayoría de puestos administrativos y de mando que exige la Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas para convertirse en el máximo jefe castrense, de modo que si no hay movimientos o negociaciones bajo la mesa, Espinoza Urquía podría ser el elegido por el presidente Lobo Sosa.
Fuera de ese panorama no se vislumbra otra figura militar que pueda arrebatar el mando a la décimo séptima promoción, pero como dicen los políticos en Honduras todo es posible y las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana.
Extraoficialmente se ha conocido también de las aspiraciones por ocupar la jefatura del EMC, del general René Osorio, actual jefe de la Guardia de Honor Presidencial o Estado Mayor Presidencial, encargado de la seguridad de la familia presidencial.
El problema que existe con Osorio es que, según fuentes políticas, éste integró uno de los comandos que participó en la captura del ex presidente Zelaya y que posteriormente lo expulsó a Costa Rica en un avión militar, aunque esto no está plenamente probado.
Por otro lado, el general Osorio es miembro de la promoción 17, pero no puede participar en la elección por no pertenecer a la Junta de Comandantes, igual por no haber sido comandante de una Fuerza de importancia o haber ejercido cargos administrativos de relevancia que la Ley Constitutiva de las FFAA exige.
Según las fuentes, él se promociona solo, por diferentes medios y a través de amigos cercanos al círculo del presidente Lobo Sosa, lo que ha molestado a la Junta de Comandantes y una buena parte de la alta oficialidad en las FFAA
Presiones exógenas
Los expertos indican que el presidente Lobo Sosa recibirá las presiones de diferentes sectores nacionales e incluso internacionales para nombrar al jefe castrense, pero se espera que su poder de negociación, su liderazgo y sobre todo su apego a la ley, a los intereses nacionales y su visión de reconciliación, primen a la hora de la elección.
El pasado 21 de octubre, Día de las FFAA, el presidente Lobo aseguró que sería respetuoso de la ley al nombrar al nuevo Jefe de EMC, a raíz de un pronunciamiento de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) en el que esa organización dejaba entrever que desde Casa Presidencial se pretendía politizar el tema, al pretender imponer al general René Osorio.
El 28 de septiembre de 2010, el Ministro Marlon Pascua recordó que la Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas estipula que un militar debe retirarse de su servicio activo luego de haber laborado en esa institución por 35 años consecutivos. Ese tiempo se cumple este año para el general Cuéllar y todos los oficiales de la promoción 16.
Por lógica se vislumbra que el sucesor de Cuéllar deberá ser un oficial de la promoción 17. Actualmente pertenecen a esa promoción otros generales, entre ellos: René Osorio, Eduardo Espinal (en el exterior), Óscar Flores, Enrique Hernández y Wilfredo Pavón.
JUNTA DE COMANDANTES DE LAS FFAA
1.-Jefe de Estado Mayor Conjunto de las FFAA, general de división y magister Carlos Antonio Cuellar Castillo. Promoción 16. Se retira en diciembre al cumplir sus 35 años de servicio.
2.-Sub Jefe del Estado Mayor Conjunto, general de brigada y magister, José Gerardo Fuentes González. Promoción 16. Se retira en diciembre al cumplir sus 35 años de servicio.
3.-Inspector General de las FFAA, general de aviación Luis Javier Prince. Promoción 17. Un fuerte candidato, pero a partir de enero de 2011 le queda un año y medio de servicio. Fue miembro activo de la anterior Junta de Comandantes vigente en Junio 28 de 2009.
4.-Comandante General del Ejército, General de Brigada y Magister, Carlos Alberto Espinoza Urquía. Promoción 17. Candidato con mayor opción. Reúne todos los requisitos ya que comanda la mayor fuerza dentro de las FFAA
5. -Comandante de la Base Naval, Contra Almirante (General) Juan Pablo Rodríguez. Promoción 17. Es miembro de la anterior Junta de Comandantes. No cuenta con todos los requisitos que exige la ley.
6.- Comandante de la Fuerza Aérea Hondureña Coronel de Aviación Marco Vitelio Castillo, de la Promoción 17. Le falta más experiencia en el mando y no cuenta con el rango de general, además de otros requisitos.
me parece una nota buena
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